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¿Cuándo delegar tareas? Las 11 señales de alarma, si eres freelance, para comenzar a hacerlo.

Actualizado: 9 dic 2022


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Ser freelance puede tener muchas satisfacciones. Si has decidido emprender y dedicarte a lo que más te gusta es que, sin duda, eres una persona preocupada por cumplir sus sueños y que valoras la libertad a la hora de trabajar y de ser tu propio jefe.


De la misma forma, puede que en algún momento, esa misma situación, te haga sentir abrumado. Ten en cuenta que nada es lineal y tu negocio no va a ser una excepción. Pero desde TaskOut te podemos dar buenas noticias:


¡Hay solución!


La más rápida y económica para ayudarte en tu negocio a no perder el rumbo, es externalizar tareas a TaskOut para liberar tu tiempo y seguir avanzando con tu negocio: sin cargas laborales, cuando lo necesitas, sin ataduras para que puedas seguir siendo el mismo espíritu libre.



Pero ¿Cuándo es necesario hacerlo?


Existen algunas señales de alarma que te pueden indicar cuando puedes necesitar externalizar tareas y precisar los servicios que ofrece un asistente virtual.


¿Cuáles son? ¡Vamos a por ellas!:



1. Sobrepasado con el día a día.

Estás haciendo lo que te gusta, pero te sientes desbordado en tu día a día. ¿Cómo puede pasar eso? Estoy haciendo realidad mi sueño de trabajar en lo que más me gusta y ser mi propio jefe, pero no soy capaz de avanzar o concentrarme en ello.



2. Te falta tiempo.

“Los no me dan la vida” están a la orden del día. Cada día tienes la incómoda percepción de no tener las cosas controladas y piensas que te falta tiempo a nivel profesional y, lo que es peor, con la sensación de que no tienes vida más allá del trabajo. Esa maldita “to do list” te parece anormalmente larga y sientes que por mucho que te esfuerces no baja.



3. No avanzas.

Responder correos, el teléfono y el whatsApp con peticiones de clientes, no paran, mantener las redes sociales… ¡Así es imposible! Estás afincado en la c/ Multitareas nº∞. No avanzas porque se te va mucho tiempo en tareas que son importantes para que tu negocio no esté desatendido. Si además le sumas que no sabes negarte a peticiones que no aportan nada y te roban tiempo, mal vamos.



4. Falta de organización.

El tiempo… Qué relativo es ¿verdad? Eres consciente de que no lo sabes gestionar ni organizar bien. Vives resignado a ese desorden temporal y organizativo y diríamos que, un poco, a salto de mata para ir "apagando fuegos".



5. Pierdes la concentración.

Muchas veces simplemente te dispersas sin controlar el tiempo que estás invirtiendo en cada tarea o lo pierdes decidiendo lo siguiente que debes hacer y cómo hacerlo ¡Maldito tempus fugit!




«El tiempo es el recurso más escaso, y hasta que no se administre debidamente, nada más se puede gestionar».

Peter Drucker




6. Postergas.

Llegó el punto de la procrastinación… Aplazas y aplazas todas aquellas tareas que menos te gustan y buscas excusas constantes para no hacerlas. Siempre hay cosas que gustan más que otras, pero ir postergando lo inevitable puede hacer que un imprevisto cualquiera se vuelva una auténtica desgracia.



7. Recuperar tu vida personal.

Echas en falta disfrutar de tareas más gratificantes para ti (y necesarias para tu bienestar) como hacer una maratón de Netflix, tu hobby, deporte, descansar, jugar con tus hijos y estar con la familia o tomarte unas cañas y compartir unas risas con los amigos… y, para el colmo de los colmos, cuando las haces te sientes mal y no te complacen porque te acecha la culpabilidad por no estar haciendo lo que tienes pendiente en el trabajo.



8. Desconcentración.

¿Alguna vez estás haciendo algo y no paras de mirar el reloj? Por ejemplo, estás en una reunión y estás pendiente de la hora pensando que no se alargue mucho porque no te dará tiempo a hacer otras cosas que tienes pendientes. ¡Al loro, es otra señal de que algo pasa!



9. Fase de crecimiento de tu negocio.

Tal vez ninguna de las anteriores encajaba demasiado con tu situación. Eres organizado, disciplinado y has logrado encontrar el equilibrio entre tu vida profesional y la personal, has entrado en una zona de confort, pero ha llegado el momento de que tu negocio pase a otro nivel: el de crecer. Un negocio que crece requiere más tiempo y, aunque hasta ahora has podido sin ayuda, es el momento de hacer equipo y delegar tareas para no sabotear ese crecimiento.



10. Falta de apoyo en tu negocio.

Tal y como muy bien indica la palabra, el autónomo es una persona independiente, sin las ataduras laborales convencionales. Eso suena fenomenal, ¿verdad? Pero a su vez tus jornadas laborales pueden ser largas y solitarias y puede terminar pesando. Sientes que te falta apoyo y no te vendría mal tener una mano derecha o una persona en la que depositar tu confianza.



11. Incapacidad para desconectar.

¡Las vacaciones! Las esperadas vacaciones ya están aquí y tú no puedes desconectar… Y si lo haces… No haremos más comentarios al respecto, señoría.


¿Reconoces alguna de estas situaciones? ¿Te has sentido así alguna vez?



¡Hagamos un sencillo ejercicio!

Anota en una lista las cosas que harías si dispusieras de una hora libre al día. Seguro que has anotado algo y te sorprenderá ver, que la mayoría de las cosas de tu lista, son las que te importan más y que no haces o pospones por falta de tiempo. ¿No crees que vale la pena delegar para hacerlas?


Como ves no son ni una ni dos señales y parar atención y analizarlas seguramente te llevarán a la conclusión del “delega y vencerás”, porque, sin darte cuenta, son tu cuello de botella y al final te pasarán factura.


¿Te habías parado a pensar en estas pequeñas señales de atención y en cómo ponerles remedio?


Si te has visto reflejado en ninguna o en una, ¡Enhorabuena! Sigue así. Suscríbete a nuestro newsletter para estar al tanto de otros muchos consejos que te ayudarán a seguir en esa línea.




Si, en cambio, te has identificado en más de una , ¡Uy, uy, uy!. Te recomendamos que leas el resto de artículos de nuestro blog para evitar la maldición de los freelance sin vida...




Y si te has visto reflejado en muchas más señales de las deseables, o lo que sería peor... ¡En todas! Upps, ¿A qué esperas a contactar con nosotros?




¡Un saludo!












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